Basta de confiar mis relatos a mi vil memoria, de ahora en adelante se los confiaré a ustedes (porque alguien me está leyendo, ¿no?).

domingo, 25 de diciembre de 2011

Luz

La inmensidad de aquella noche oculta
Oculta el viento, oculta la bruma,
Y cubre tras el velo de la espuma
El fulgor de la iluminada ruta.

Sus ojos no nos ven desvanecernos
Tras el suelo del sendero alumbrado,
Mientras andamos ambos de la mano
Esos ojos rehúsan conocernos.

¿Acaso conocen ellos la lumbre
De tu voz por mi voz enardecida,
La calidez de las manos asidas,
La inquieta agitación de la mansedumbre?

¿Conocen el amor que compartimos
Al besar bajo el muérdago de luna
Unos dulces labios sin prisa alguna,
Como únicos testigos los racimos?

¿Conocen como suena en el oído
El rápido latir de un viril pecho,
Y cómo un manto de astros como techo
Cubre a los que se aman en un vahido?

No, porque, ¿cómo van a conocerlo
Si ellos ni siquiera alzan la mirada,
Si no tienen en cuenta la enramada
Que sus cabezas ata con el suelo?

Ellos no ven siquiera las raíces
Del árbol de cuyas frondosas ramas
Hemos construido las firmes camas
Que contienen el sueño en sus matices.

¿Y qué importa que no lo vean ellos
Si además de verlo ambos lo vivimos
Si el amor nos une en sus racimos
Y aquel beso nos une en sus destellos?

La inmensidad de tus hombros me abriga,
No, ya no le temo a todo lo incierto,
No, ni al rumor vivo, ni al chime muerto
Porque me conforta tu mano amiga.

Creamos luz en el suelo andando
Las estrellas reflejan nuestros pasos.
Con cada uno de los sutiles trazos,
Juntos aprendemos a amar amando.

4 comentarios:

  1. Éste poema da pena. Pena por los que nunca sabrán lo que es ser amado por una escritora, y por los que nunca encontrarán el amor genuino. El mejor regalo de cumpleaños que me han dado en mi vida, por si alguien duda de tu perfección.

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  2. No somos como aquellos tristes seres que no conocieron el amor. No presumimos, damos gracias, a Dios, por tu existencia precisa. Gracias y que cumplas muchos años más.

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  3. Pues yo digo que es una montaña de poema, embutido en burbujas de emoción.

    Algunas explotan, y su sonido no es conocido por el oído, es el espíritu en su camino astral que degusta su sinfonía.

    A mi me da pena el poema, pero por aquellos que no sabrán nunca sobre la delicia de la palabra...

    Felices fiestas.

    Un saludo.

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  4. Muchas gracias, realmente me entusiasman tus comentarios. Feliz año nuevo.

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